sábado, 18 de mayo de 2013

Una película llamada vida

Porque la vida es, cómo decirlo, una escena de una pieza teatral que nos mantiene expectantes a cada segundo, cada palabra y movimiento que llevan a cabo los actores nos absorben, todo está conectado entre sí y tantas cosas suceden en un lapsus tan breve que hacen que ante un ademán inesperado nos preguntemos el porqué, quién está detrás del decorado, quién es el maestro que dirige la obra, y en ese preciso momento pasamos a ser espectadores de nuestra propia realidad.
Miramos impasibles el escenario que se antepone a nuestros ojos, unas veces entramos en escena y nos convertimos en actores con un papel bien definido y otras nos limitamos a contemplar el escenario juzgando lo que vemos con una mente y mirada tantas veces tintadas por nuestras experiencias pasadas y un potaje de sentimientos, emociones y comportamientos aprendidos.
En escena se percibe la complejidad del guión y su extrapolación, como tantas veces sucede en esta película llamada vida cuando hemos de actuar a un ritmo frenético tomando constantemente decisiones, tratando de adaptarnos al guión establecido hasta el punto que olvidamos porqué nos seleccionaron en este casting...