sábado, 19 de junio de 2010

Decir adiós

Siempre me he preguntado por qué nos cuesta tanto decir adiós, y nos resulta tan fácil decir hola.
Decimos hola al nuevo día, a lo que está aún por descubrir, a lo que nos atrae a primera vista; decimos adiós a todo aquello que es un fin, un acabar, una inconsciente atadura. Y sin embargo, entre la multitud de holas que pronunciamos, hay adioses dichos en un momento, que marcan de por vida.
No nos engañemos... nada acaba ni nada empieza, todo forma parte de una misma historia, con sus episodios. La vida es un camino, es un voy, un vuelvo, es un hago y un deshago, y por tanto, un perpetuo hasta luego.

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